Quo Vadis Bambi?

Casi imperceptiblemente, como aquellos estadistas de posguerra que se deshacían de sus generales mas valiosos cual si de molesta chatarra se tratara, nuestro premier hace lo propio,dejando las "baronias" igual que el gallo de Morón.
Si no, fíjate, amigo lector,en los ilustres nombres del partido que han hecho mutis por el foro desde que el hombre de la sonrisa y modales suaves comenzara a mostrar el superyo "bolchevique", como denominara Revel el alter ego de los socialistas, consternados por la caida del muro de Berlin.
En la "derrota" a la izquierda, que comenzara con la huelga de posaderas caídas al paso de la bandera americana, en aquel viraje, digo, comenzó la larga marcha hacia no se sabe bien que puerto, que deseamos no sea el de Arrebatacapas, como Marbella, Jerez y otros parecen sugerir.
Comenzó la égira con Nicolás Redondo, que tuvo la osadía de darle bolilla al PP para juntos idear el triunfo final sobre los hombres de la capucha. Cristina Alberdi incluso asumió responsabilidades de gobierno en el ayuntamiento de Madrid; Paco Vázquez, que públicamente confesó un súbito ataque de urticaria por mor del Estatut, pasta los predios eternos de la ciudad inmortal, pese a que en su día le señalaran como masón "pasado a sueños".
A Rosa Diez le birlaron su estadía en Europa después de una oportunísima gripe. Rodríguez Ibarra, ya calla, mas pendiente de sus anomalías extrasistólicas que de las que emanan de "Cataluña is not Spain" . José Bono, después de haber indoctrinado a las FAS y de quejarse de que sus militares no puedan todavía ir de uniforme por la calle( ¡ qué cosas hermano, que tiene la vida...!), le dice a ZP, que no, que él se vá, aquejado de una insoportable saudade familiar. Y Gotzone Mora arroja el carnet del partido, como Guzman el Bueno. Antes la muerte(política) que la traición.
Así pues, la nave de singladura incierta vira a babor patroneada por este leonés, rojo según propia confesión, tranquilo y de dulce mirada. En el CIC del buque, un químico de profesión, alquimista, dicen algunos, consulta las cartas marinas y las otras por ver de conjurar lo que en su día aconsejaron Redondo y Díaz y conseguir incluso ,que Otegui imite a Bono y dé vivas a España, bajo la tenue sombra del árbol de Guernica.


FELIPE GARCIA CASAL