Sólo dos cosas, que no es cuestión de aburrir: ayer en Intereconomía debatieron sobre el incendio provocado en una iglesia por unas feministas catalanas. Nada nuevo bajo el sol. Es el gen mutante del gnosticismo que vuelve a regurgitar como ya lo hiciera otrora, bajo la pasividad comprensiva de políticos y la rara ética profesional de zotes, prestos no obstante, a salir de cacería ,montados en camionetas que nadie cantara, como lo hicieron poetas a las cabezas de plomo y équites de muerte. Ya sé que ésto es un rollo, pero yo me entiendo. Se ha agitado la banderola de salida. No sé si ajedrezada o carmesí de muerte, el caso es que alguien ha debido de decir que si la Iglesia católica tiene los santos huevos de oponerse a la moral laica se vá a enterar. Te desamortizo echando leches. Y te jodo las procesiones y te regulo la pasta y te amenazo y te insulto a través de AXN o yo qué se...Lo que más me sedujo fué la cara del gordito sociata glosando a D Gerardín o como coño se llame, al día siguiente de Jueves Santo. Y mira que yo quiero a León. La otra cosa viene a ser lo mismo: en una serie protagonizada por Martin Shen, su madre en la ficción dice, que un zapato le molesta y "que le hecho una ampollla como una hostia". ¿Una mala traducción? ¿mal gusto? ¿La productora al servicio de los "mismos"?. En cualquier caso a la Iglesia le espera su gólgota y ya puede ir abrigada a las catacumbas. Le espera también un exilio ,que el camino de Israel le vá a parecer cortito. Claro que del odio como del amor, uno se muere o se fortalece. Amén.