Wednesday, May 13, 2009

Las veneno

Como estériles permanecen las flores hermafroditas de de estilo corto de la Prímula Veris mientras solo las fecundan otras Prímula veris tambien de estilo corto, y acogen con gozo el polen de las Prímula veris de estilo largo.

Hay ocasiones en que los cafés parecen estaciones internodales de gente de aluvión en estado tumultuario. Esto es, te roban el Marca, gritan a sus teléfonos móviles, demandan como en la selva su cuenta al camarero y desaparecen. Es imposible diseñar la plantilla de la temporada entrante ni reírse con las ocurrencias de los jueces.
Los cafés de hotel es lo que tienen. En cambio los fijos somos gente seria, sobre todo los asiduos. Sabemos las manías de cada quién y hacemos de nuesra estancia un perfecto ejercicio de diplomacia anglosajona donde toda cortesía y parquedad tienen asiento.
Desde el observatorio privilegiado de tu escaño puedes diseccionar, a poco perspicaz que seas,la personalidad de tus silenciosos compañeros. Aquí, una jóven madre preocupada con su hija adolescente, allá un millonario de ronzal indignado porque la gente no lo distingue, mas allá un matrimonio deprimente y deprimido...Todo esto, por otra parte no es nada fuera de lo común.
Quizá, lo sustantivo sea la regla no escrita de respetar los sitiales de cada uno. Sitiales, lugares poco menos que sacralizados por la costumbre española, cuando la tertulia de café era la antesala de la opereta subvencionada, que hoy nos brinda la Carrera de San Jerónimo y 17 franquicias mas.
También suele ocurrir que algún intruso desavisado okupa tu asiento entre miradas de conmiseración de los otros asiduos. El mío en concreto fué vilmente invadido por dos primula veris que ajenos al contradios perpetrado, hablaban quedamente de sus cosas.
Exiliado a la mesa de al lado intenté desentrañar su conversación, persuadido por Gala, que siempre nos dice que no entendemos a las mujeres y que tenemos que aprender de la sensibilidad de los homosexuales. Per nada, no aprendí nada. Entre otras cosas porque sólo susurraban y sonreían casi mortecinamente.
Al punto se produjo el milagro. Por la puerta principal hizo su entrada un mujerón de 180 centrímetros con merceditas y unas protuberancias que provocaron poco menos que lágrimas de emocion entre el personal masculio, excepción hecha, naturalmente, de quien estas líneas escribe.
Los prímula veris, inyectados de no se sabe bien que extraño vigor repentino arremetieron contra aquella exuberante mujer, entre risitas entrecortadas y epitetos que no oigan dueñas. Aquel ejercicio de licantropía rosa me indignó. Y yo te pregunto, amigo/a lector, ¿a qué Observatorio me tengo que dirigir para mostrar mi rabia y mi impotencia?. ¿No habrá alguna concejalia de protección de la hembra lamentable en extinción?.
Saludos a todos menos a las víboras.
NB La cita culta de arriba es de Umbral, que a su vez la tomó de Proust
Otra NB. Lo de lamentable no es un error. No viene de lamento sino de un infinitivo.


2 Comments:

Anonymous pardillo said...

Contrapunto:
JOEEEE.Hasta el final de la narración no logré descifrar que las prímulas esas eran Homos.Cada vez me cuesta mas entender algo que no venga en el marca.
Otra cosa..Lo del lamer,no lo hubiera entendido a no ser por la NB, y la verdad es que si ellos estan contentos con ser como son,que nos dejen a los otros ser como somos sin que intenten de una puñetera vez que veamos como normal algo que no puede ser porque creemos que no lo debe ser.¿Somos homófogos al no ser y entender que el macho del caballo debe ser la Yegua asi como el perro de la perra y el cabrón de la cabra?Porque vamossss.Ahora,opinas lo contrario y te tachan de tal.He dicho.

2:32 AM  
Blogger contrapunto said...

Bueno.P.

5:22 AM  

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