TELARAÑAS EN LOS CODOS


Parece ser que en un aeropuerto español ha habido un incidente entre un guardia civil y un jugador de baloncesto del Real Madrid, por disparidad de criterios en cuanto a los líquidos que se podían llevar o no en el equipaje de mano. Según el deportista, el guardia le insultó y segun el guardia el baloncestista le zarandeó.
Lo que me ha causado cierta extrañeza es el tratamiento informativo que ha dado una cadena progre de TV al rifirrafe, al incidir reiteradamente en las telarañas tatuadas que tenia el guardia civil en los codos. No cabe duda de que es un alarde estético de dudoso gusto para un servidor público al que se le demanda un cierto rigor en las formas. Lo que ocurre es que dentro de la toma de los medios y el cambio de paradigma figuró en los manuales de la progresía una burla constante de la disciplina, ridiculizando hasta la extenuación cualquier manifestación externa de la misma entre las que figura como apuntábamos, las formas aceptadas como correctas. Como no hay ley o reglamento que pueda sustraerse permanentemente a la voz oficiosa de los medios hay que colegir que quizá las citadas telarañas sean aceptadas como una parte ornamental inherente al libre albedrío del guardia.
De todo este asunto destacamos la aparente censura de la TV progre a la estética del guardia, palmaria contradiccion con la lucha constante por derribar las formas jerárquicas y de disciplina, en la que siempre se han fajado, como apuntamos, la progresía rampante.
Decía Spengler,con perdón, que las formas externas crean la disciplina externa. No sé si será cierto, en cualquier caso entre el aserto y las telarañas debe existir un punto medio. Digo yo.
PS. A todo ésto, damos como buena la versión del jugador sin saber de verdad si existen o no las famosas telarañas beneméritas.