La mala educación
Parece ser que al Fical general del Estado le han increpado cuando se disponía a entrar en un restoran de Madrid. Un jóven bajó la ventanilla de su coche y apostrofó con dureza a Conde Pumpido haciendole responsable de que los batasunos volvieran a las instituciones. El señor fFscal del reino un tanto alterado, contestó al airado jóven que le guardara respeto y que le hablara de usted.
No se si será porque empezamos a seguir la estela pedagógica del presidente Sarkosy, pero parece ser que ha entrado como una urgencia histórica en reconsiderar el trato entre semejantes
, especialmente en las aulas, donde heróicos enseñantes parecen sufrir en ocasiones las iras de los estudiantes cuando no el menosprecio o la falta de afecto.
Pero es difícil este asunto, especialmente porque dentro del partido que sustenta al gobierno que ha nombrado al señor Fiscal objeto de esta historia,ya han surgido voces que aseguran que de ganar la izquierda los estudiantes "nunca tendrán que arrodillarse ante el profesor".
Hombre, no se trata de rastreras actitudes genuflexas, tan solo de mostrar respeto al profesor. Podríamos ponernos cursis como en los telefilmes americanos y decir "define respeto". Daría para un debate de horas.
Creo que podríamos llegar, como dicen los políticos,a un acuerdo de mínimos, estableciendo por ejemplo, que no pegasen a los profesores; que no los insultasen o que no les destrozaran el coche.
Sarkosy que debe de ser un facha tremebundo ha tenido la osadía de insinuar, que sobre el empedrado francés, que un mes de mayo del 68 albergó la Utopia, los alumnos hablarían de usted al profesor y se pondrían de pié cuando éste hiciera su aparición en el aula.
Si estos modales y otros usos y costumbres hubiesen hecho fortuna en España, el señor Fiscal general,quizá hubiera podido evitarse el sofocon del desagradable tuteo.
Son tiempos difíciles , no obstante, para el cambio de ciclo: todavía hacen fortuna libritos/revancha como "El florido Pensil"y la filmografía costumbrista sigue la estela de "La mala educación".
Manuel Azaña, que como ya tengo dicho, era un intelectual de izquierdas muy anticlerical y muy temeroso del pueblo que le tocó gobernar, a la pregunta de su chófer "camarada, ¿a donde
vamos?", le contestó "usted a la mierda, yo al ministerio de la Gobernación".
Este chascarrilo, aunque ya lo conocéis, es vero é ben trovatto. Creo.
P.S. Perdón por el tuteo.
Parece ser que al Fical general del Estado le han increpado cuando se disponía a entrar en un restoran de Madrid. Un jóven bajó la ventanilla de su coche y apostrofó con dureza a Conde Pumpido haciendole responsable de que los batasunos volvieran a las instituciones. El señor fFscal del reino un tanto alterado, contestó al airado jóven que le guardara respeto y que le hablara de usted.
No se si será porque empezamos a seguir la estela pedagógica del presidente Sarkosy, pero parece ser que ha entrado como una urgencia histórica en reconsiderar el trato entre semejantes
, especialmente en las aulas, donde heróicos enseñantes parecen sufrir en ocasiones las iras de los estudiantes cuando no el menosprecio o la falta de afecto.
Pero es difícil este asunto, especialmente porque dentro del partido que sustenta al gobierno que ha nombrado al señor Fiscal objeto de esta historia,ya han surgido voces que aseguran que de ganar la izquierda los estudiantes "nunca tendrán que arrodillarse ante el profesor".
Hombre, no se trata de rastreras actitudes genuflexas, tan solo de mostrar respeto al profesor. Podríamos ponernos cursis como en los telefilmes americanos y decir "define respeto". Daría para un debate de horas.
Creo que podríamos llegar, como dicen los políticos,a un acuerdo de mínimos, estableciendo por ejemplo, que no pegasen a los profesores; que no los insultasen o que no les destrozaran el coche.
Sarkosy que debe de ser un facha tremebundo ha tenido la osadía de insinuar, que sobre el empedrado francés, que un mes de mayo del 68 albergó la Utopia, los alumnos hablarían de usted al profesor y se pondrían de pié cuando éste hiciera su aparición en el aula.
Si estos modales y otros usos y costumbres hubiesen hecho fortuna en España, el señor Fiscal general,quizá hubiera podido evitarse el sofocon del desagradable tuteo.
Son tiempos difíciles , no obstante, para el cambio de ciclo: todavía hacen fortuna libritos/revancha como "El florido Pensil"y la filmografía costumbrista sigue la estela de "La mala educación".
Manuel Azaña, que como ya tengo dicho, era un intelectual de izquierdas muy anticlerical y muy temeroso del pueblo que le tocó gobernar, a la pregunta de su chófer "camarada, ¿a donde
vamos?", le contestó "usted a la mierda, yo al ministerio de la Gobernación".
Este chascarrilo, aunque ya lo conocéis, es vero é ben trovatto. Creo.
P.S. Perdón por el tuteo.