Friday, February 27, 2009

Los ovarios de Regina y un señor con un mazo

La literatura costumbrista dejó para los venideros la figura del espadón, que solía ser un general harto de las tropelías de los políticos y que trataba de poner orden, subido a un caballo y entrando en el Congreso sin anunciar su presencia. De hechos así nacieron espúrios chascarrillos como el del caballo de Pavía, que dicha sea la verdad no holló tan alto palacio.
Pavía montando brioso corcel, como buen general y arropado por su Estado Mayor contempló desde la calle la asonada, que por cierto, sonó bastante.
Ahora es todo mas artesanal y "personalizado". Un buen día, a una señora bajita no se le ocurre otra cosa que cumplir la ley y dá su propio golpe de estado izando la bandera española. De ahí lo de los ovarios.
En Lizarza se han quedao pasmaos como decía Guerra, el augur de la demoscopia y el insultador con mas ingenio de los ochenta.
Regina Otaola tiene un par. Si no fuera por mis escrúpulos de colegio marista, yo le pediría a Regina, que de ser biológiamente posible, se diera una vuelta por uno de esos centros de ingeniería humana y cediera uno o mas de esos maravillosos óvulos con que fué dotada, para que fecundado en un futuro vuelva la libertad a esa region donde campan sin ser molestados los Uriarte, los Setien, los borrokas y los del tiro en la nuca.
Regina, te quiero.
Ahora y enlazando con lo anterior, parece ser que un señor apellidado Gonzalez, ha enloquecido y se ha liado a mazazos con una herrikotaberna que como todos sabemos es como un batzoki pero en abertzale. Total porque una bomba ha detruído su casa. Tampoco es para ponerse así. Este señor González, Emilio, se ha saltado las normas del buen gusto político, del pensamiento único y del único pensamiento, que dictan que lo sano y democrático es sufrir en silencio y que si las pías es porque eres un reaccionario y un cavernícola.
A mi lo que me ha gustado es la diligencia y profusión de ertzainas alrededor del réprobo. Trincar, no trincan un comando, pero al desahuciadoa golpe de kaskabarro lo han reducido con una precisión de cirujano y una prontitud de apremio municipal. ¿kaskabarro?, sí hombre, cloratita.
Parece ser que un consejero áulico o un pelota de esos que siempre estan alrededor de los grandes le presentó al gran Alejandro una especie de bola de cuerdas entrelazadas que formaban un nudo imposible de dehacer, retándole a intentarlo. Alejandro, blandió su espada y cortó el nudo por la mitad. Se había acabado el reto.
A Emilio, trasunto en Lezcoa del gran Alejandro, le han tocado los cojones y tambien ha roto el nudo a golpes de mazo´, en ese antro donde te llaman español como insulto y si se tercia recaudan para las gestoras o reúnen en akelarre para, en lúgubre tenida, hacer la vida imposible a alguien.
Lo ovarios de Regina y los cojones de Emilio, deberían, sobre fondo de gules, figurar en los blasones de toda la gente honrada del país vasco. Setien ¡qué malo has sido!