Antonio Gala
Hay dos misterios que me tienen fascinado, el primero de ellos es el del Vestuario, ese lugar taumatúrgico en el que los jugadores de fútbol se juramentan para no sé qué cosas y en en el que en extrañas"tenidas" deciden cosas muy importantes que luego trascienden al mundo exterior, lo que origina la caza y captura implacables del traidor o traidores.
El otro arcano es el por qué en general desconocemos a las mujeres y su poliédrico mundo interior. Lo dice Gala constantemente por lo que debe de ser cierto.
A don Antonio parece ser que se le quejan mucho de los hombres y que él las comprende y las ampara. Pues en vez de regañaros, siempre por lo mismo, debería darnos un argumentario ahora que estan tan de moda, para así, estudiándonos el manual, tratar de penetrar en los recovecos sentimentales de nuestras compañeras de peripecia vital.
Ya pasamos el aspirador, recordamos las fechas, alabamos constantemente su belleza e inteligencia, ponderando mas una u otra según las carencias, comprendemos sus jaquecas nocturnas, dejamos cerrado el dentifrico, admitimos sus salidas en pandillas femeninas y hasta que hagan chistes estúpidos sobre el culo tan bonito que tiene el camarero. ¿Se nos puede pedir mas?. Gala dirá que la ternura, la urdimbre intelectual,el ser yo sin matar tu "tu". Enfin cosas de estas.
Dicho lo anterior, a mí me gustaría saber si Gala comprende los hombres.
A lo largo de su dilatada vida, habrá tratado a muchos, digo yo. Deberíamos preguntarles a ellos. ¿Será que son mas simples, sicológicamente mas lineales? ¿previsibles?.
Y los hombres que ha conocido, ¿lo han comprendido a él?.
Gala escribe unas reflexiones muy cortitas, muy de recetario comprimido, pulcras y aseadas. Lo han puesto cerca de Federico, en "El Mundo", que ya son ganas. Ayer, creo, decía que la unidad de España había tenido como argamasa la religión y que eso era una antigualla.
A parte de no participar de su opinión, creo que es de ley que nos explique qué sesudos argumentos hay para romperla. Cinco siglos de unión parecen indicar que los cimientos y la argamasa no eran malos. Aunque la maestra de obras inicial fuera la denostada Isabel.
Este fin de semana reflexionaré sobre los mencionados arcanos:"el Vestuario" y nuestra incapacidad manifiesta de ahondar en el superyo femenino. Os dejo. Creo que me dejado sin bajar la tapa del inodoro. Casus belli.
Hay dos misterios que me tienen fascinado, el primero de ellos es el del Vestuario, ese lugar taumatúrgico en el que los jugadores de fútbol se juramentan para no sé qué cosas y en en el que en extrañas"tenidas" deciden cosas muy importantes que luego trascienden al mundo exterior, lo que origina la caza y captura implacables del traidor o traidores.
El otro arcano es el por qué en general desconocemos a las mujeres y su poliédrico mundo interior. Lo dice Gala constantemente por lo que debe de ser cierto.
A don Antonio parece ser que se le quejan mucho de los hombres y que él las comprende y las ampara. Pues en vez de regañaros, siempre por lo mismo, debería darnos un argumentario ahora que estan tan de moda, para así, estudiándonos el manual, tratar de penetrar en los recovecos sentimentales de nuestras compañeras de peripecia vital.
Ya pasamos el aspirador, recordamos las fechas, alabamos constantemente su belleza e inteligencia, ponderando mas una u otra según las carencias, comprendemos sus jaquecas nocturnas, dejamos cerrado el dentifrico, admitimos sus salidas en pandillas femeninas y hasta que hagan chistes estúpidos sobre el culo tan bonito que tiene el camarero. ¿Se nos puede pedir mas?. Gala dirá que la ternura, la urdimbre intelectual,el ser yo sin matar tu "tu". Enfin cosas de estas.
Dicho lo anterior, a mí me gustaría saber si Gala comprende los hombres.
A lo largo de su dilatada vida, habrá tratado a muchos, digo yo. Deberíamos preguntarles a ellos. ¿Será que son mas simples, sicológicamente mas lineales? ¿previsibles?.
Y los hombres que ha conocido, ¿lo han comprendido a él?.
Gala escribe unas reflexiones muy cortitas, muy de recetario comprimido, pulcras y aseadas. Lo han puesto cerca de Federico, en "El Mundo", que ya son ganas. Ayer, creo, decía que la unidad de España había tenido como argamasa la religión y que eso era una antigualla.
A parte de no participar de su opinión, creo que es de ley que nos explique qué sesudos argumentos hay para romperla. Cinco siglos de unión parecen indicar que los cimientos y la argamasa no eran malos. Aunque la maestra de obras inicial fuera la denostada Isabel.
Este fin de semana reflexionaré sobre los mencionados arcanos:"el Vestuario" y nuestra incapacidad manifiesta de ahondar en el superyo femenino. Os dejo. Creo que me dejado sin bajar la tapa del inodoro. Casus belli.