Indignacion tardía


Pertenezco a un grupo de was cuyos componentes  tienen un denominador común. Digamos que son conservadores sin ser ñoños. Ahora andan mesándose  los cabellos porque lo que ven no les gusta. Algunos de ellos siempre han sido fieles a sí mismos y han expresado públicamente sus creencias, otros, por no desviarse peligrosamente de la promoción profesional, han permanecido zorrunamente callados como si la cosa no fuera con ellos.
Algunos, como decía, expresaron sus ideas por escrito, incluso durante los años de hierro, los ochenta, donde la muerte por goma dos no era la única: tambien existía la muerte civil despues del 23F.
Los otros, azorronados, no veían mas allá que el medrar profesional y no querían saber nada de derivas de la Patria e incluso se mofaban de quienes todavía empleaban este termino. 
Como dice el bolero...cómo han pasado los años...como cambiaron las cosas. Ahora se escandalizan de que se casen un sargento y un soldado; de que dos guardias civiles sean apaleados; etc etc. 
A mí particularmente ya me dá igual, les deseo a los conyuges todo el bien del mundo y hasta que sean destinados al  mismo peloton para que puedan conciliar vida profesional y familiar.   Todo ésto me coge mayor, la profesión es ya un recuerdo.
Me dicen que el JEME ha prohibido la presentacion de un libro sobre el Alcázar de Toledo en el Museo del Ejercito porque IU ha protestado. Sí señor, el poder de la Voz de West Point.

                                                       Adoctrinando


Parece ser que en un colegio de Cambrils, un profesor ha tocado a rebato .exhortando a sus pupilos a odiar a los españoles.Este pollo que posiblemente en sus ratos libres o de inquietud juvenil leyó a Marcuse etc. ha malinterpretado las doctrinas de la ya mentada Escuela de Francfort o de su epigono intelectual el Instituto Tavistock, que propugnan la conquista de las mentes mediante la acción de los medios de comunicación social etc.
Esta escuela y este instituto enseñan que la conquista ha de ser progresiva y sutil. Pero al mencionado pollo de barretina en lugar de cerebro, ahíto de sentido de impunidad y lejanía, no se le ocurre mayor desafuero que explicitar su odio a España ante unos niños que como un karma amenazante repiten, muerte al español, o algo así.
Me imagino que el Código Penal contemplará esta conducta como un tipo reprochable y de ser así que sea igual de explícita, pronta y ejemplarizante como los españoles de bien desean.
Que no se envuelva en un magma de sutilezas procesales que provocan la atonía y la alarma social como en el caso de la familia Pujol que ha pasado de ser omnipresente en los informativos al silencio mas sorprendente.

                                                          Zulú y Filipinas

Con Gran Bretaña nos atenaza una suerte de esquizofrenia. Por una parte admiramos su patriotismo, sus costumbres y su "plástica" en general. Hasta la combinación geométrica y colorista de su enseña nacional.
Por otra, no dejamos de desdeñar su carácter adusto, su soberbia y la trayectoria belicosa que ha presidido nuestras relaciones.
La plástica...desde los trajes de Savile Road, hasta las teteras de plata, o "el mezclado no agitado"del combinado que bebe el personaje mas famoso de Ian Fleming.
En cuanto a su cine, les recomiendo que se sienten tranquilamente en su butaca y se dispongan a ver "Zulú". Una epopeya de un grupo de británicos que defienden su posición ante miles de zulúes que al mismo tiempo que entonan unas maravillosas canciones guerreras amenazan con atacar al fortín donde, entre otros Michael Caine, se dispone a defenderlo hasta la muerte.
No hay grandes conflictos humanos, ni faltas de disciplina , ni  insubordinación. Solo el deseo de servir a Gran Bretaña hasta el fín.
Un servicio que se hace sin aspavientos; tan sólo los soldados galeses cantan como contrapunto a los zulúes haciendo gala de sus voces de tenores.
Una película, digo, que enaltece el patriotismo y no ofende. 
Todo ésto es la contramedida de 1898. No vayan a verla amigos, conservemos la ilusión de ser patriotas aunque sólo sea sentados en una butaca y añorando aquella otra en blanco y negro que por lo menos nos hacía vibrar. Y si no vean "Zulú", se la recomiendo  otra vez.