Triste balada
No sé si cometo algun error de bulto, pero parafraseando a Umbral, no me voy a levantar a mirarlo. Por eso con sumo cuidado digo que uno de los interpretes que popularizó "Suspiros de España" fué Dyango. Magnífica interpretación. Dyango fué un refugio para románticos, para soñadores furtivos que escamoteaban unas maneras musicales enfocadas al salto de discoteca con cubata en la mano.
Decía Dyango con acierto...quiso Dios con su poder unir a dos rayitos de sol y hacer con ellos una mujer...". Y terminaba el maestro cantando a la Nochebuena lejos de España.
Dyango, ya digo, fué el bolero en español, el catalán de barriada que no excluye por razón de sangre o idioma, el hombre que cantaba al amor o al desamor en el idioma universal del glorioso manco.
Ahora Dyango se nos ha ido, se nos ha recolocado en la defección mas deshonrosa que poeta alguno pueda perpetrar, se nos ha hecho independentista. Ya uno ni puede confiar en la poesía, ya no quedan poetas solo futuros directores generales o consellers de la cosa.
El caso de el rey del pollo frito, Ramoncín, es diferente. Ramoncín es un outsider del Nou Camp, un señor mayor al que ya no le pega el diccionario cheli. Es un rescatado por la derecha idiota que lo pasea por alguna cadena confesional esperando que se redima y que redima a la izquierda, que ya es mucho esperar.
La nochebuena mas buena pierde su ya menguante encanto y Fredom Catalonia ha tenido a un outsider cheli representante de los buenistas y azote de la burguesía.
¡Ay España si yo supiera cantar boleros....!
No sé si cometo algun error de bulto, pero parafraseando a Umbral, no me voy a levantar a mirarlo. Por eso con sumo cuidado digo que uno de los interpretes que popularizó "Suspiros de España" fué Dyango. Magnífica interpretación. Dyango fué un refugio para románticos, para soñadores furtivos que escamoteaban unas maneras musicales enfocadas al salto de discoteca con cubata en la mano.
Decía Dyango con acierto...quiso Dios con su poder unir a dos rayitos de sol y hacer con ellos una mujer...". Y terminaba el maestro cantando a la Nochebuena lejos de España.
Dyango, ya digo, fué el bolero en español, el catalán de barriada que no excluye por razón de sangre o idioma, el hombre que cantaba al amor o al desamor en el idioma universal del glorioso manco.
Ahora Dyango se nos ha ido, se nos ha recolocado en la defección mas deshonrosa que poeta alguno pueda perpetrar, se nos ha hecho independentista. Ya uno ni puede confiar en la poesía, ya no quedan poetas solo futuros directores generales o consellers de la cosa.
El caso de el rey del pollo frito, Ramoncín, es diferente. Ramoncín es un outsider del Nou Camp, un señor mayor al que ya no le pega el diccionario cheli. Es un rescatado por la derecha idiota que lo pasea por alguna cadena confesional esperando que se redima y que redima a la izquierda, que ya es mucho esperar.
La nochebuena mas buena pierde su ya menguante encanto y Fredom Catalonia ha tenido a un outsider cheli representante de los buenistas y azote de la burguesía.
¡Ay España si yo supiera cantar boleros....!